domingo, 10 de abril de 2011

Més que un somni.

Es esta sensación que llevo dentro y que esta mañana nada más levantarme me ha hecho abrir el armario en busca de tu camiseta. Podía haberme puesto esa morada, o esa azul de España, pero no. He escogido la blanca, la primera, esa que tiene tu firma grabada. La que tiene manchones de tinta al lado del escudo, y todo por tu torpeza al abrir un rotulador. Sonrío sola. Recuerdo cuando eso sucedió, que arrancaste tu coche, y cuando vi todas esas manchas negras en la camiseta pensé: "con lo cara que fue...". Pero ahora, me doy cuenta de que esas manchas son toda una vida. Que cuando las miro, me acuerdo de ti, de tu sonrisa... me acuerdo de esa "última vez". Cuánto tiempo ha pasado, y no hay dia en que no lo recuerde. Ayer, cuando llegué a casa, y encendí el ordenador en busca de algo, una noticia, unas breves letras que me dijeran qué tal lo habías hecho, solamente encontré malas palabras, críticas, comentarios despectivos. Me hundí. Pero, mi hundimiento solo duró los quince minutos que tu mejor amigo tardó en subir una foto juntos, en el autobús. Ver tu sonrisa. La suya. La de él. Sé que no tengo de qué preocuparme, porque él te dará todos los abrazos que hoy, yo no puedo darte, y que cuando te hundas tirará de ti, del mismo modo en que te nombra desde su twitter cuando lias alguna en los entrenamientos, o en el vestuario... ¿Sabes?, os miro y me recordáis a mi y a ella. A Laura. A la misma que en una semana estará entre mis brazos, dandome un achuchón que probablemente hará que se me salte alguna que otra lágrima... Sé que cuando estemos paseando por las calles de Madrid juntas, pensaré en la de veces que lo habréis hecho vosotros dos. Nunca dejes de sonreir, ¿quieres?. Porque esas sonrisas que me regalas dia a dia, son las ganas de salir a beberme las calles. Me gustaría salir, y gritarle al viento lo mucho que te quiero. Y correr, correr sin mirar atrás. Quiero mirar a mi lado, y saber que tú vas a estar, en algún lugar, en alguna avenida, en alguna parada de autobús, cubriéndome las espaldas como llevas haciéndolo desde hace once años. Ojala pudiese coger un avión contigo a cualquier lugar... Cualquier lugar sería bueno para ser feliz mientras tú estuvieses a mi lado. Solamente te pido, que nunca me preguntes a dónde nos llevará esto, cuál será la proxima estación, la última ciudad donde nos veremos. No quiero saberlo, porque si tu vas conmigo no me importa dónde acabemos. Sigue sonriendo, sigue haciéndo crecer este orgullo por momentos... Haz que cada dia del resto de mi vida a tu lado, cuente.

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