Dicen, que el amor es cuando no respiras, cuando es absurdo, cuando echas de menos, cuando es bonito aunque esté desafinado, cuando es locura… Cuando sólo de pensar en verla con otro cruzarías a nado el océano (…) ¿Y ahora qué Raúl?. Que te casas… que se me casa mi pequeño. Y yo, y yo estoy tan feliz que no puedes ni imaginarlo. Cuando ayer recibí la noticia no sabía bien qué hacer, otra alegría más, otro momento importante a tu lado, ¿y cuántos van ya?. Creéme que he perdido la cuenta, que ya no sé si son muchos o pocos, solo sé que cuando las cosas van mal, siempre apareces con una de esas noticias que hacen que sonría sin parar. Pero es que esto es más que una noticia, es un paso definitivo, la culminación de un sueño que lleva durando muchos años. Que ahora si, podrás llamarla “mujer”, aunque antes ya lo hacías. Que te vas a casar Raúl… Que te vas a casar. No sé, no sé como explicar lo que va por dentro, la enorme satisfacción del trabajo bien hecho, el orgullo que siento cada vez que escucho tu nombre. Que lo has logrado, ¿sabes?. Que después de muchas caídas, idas y venidas, has logrado crear tu propia historia, una historia maravillosa de la que yo inevitablemente he sido participe durante todo este tiempo. Que eres afortunado de haberla encontrado, y ella lo es mucho más de haberte encontrado a ti. ¿Qué quieres que te diga?. Pretendía hacer hoy la actualización más increíble de todas y mira lo que me está saliendo, que no sé que decir, que no puedo, que se me han agotado las palabras, que no paro de sonreír y llorar al mismo tiempo, que parezco tonta… Que eres tanto Raúl, y que no sabes cómo me gustaría poder estar ese dia allí… y verte de lejos, vestido de novio y con ella de blanco al lado… y dos pequeñajas vestidas iguales y tal vez llevando los anillos. Lo que daría por verte rodeado de toda tu familia, de tus amigos… No lo sabes bien. Pero me conformo con saber que el sitio donde se celebrará el banquete lo pisé hace menos de un mes, que estuve allí, y que ahora entiendo mi empeño por ir a ese lugar. Me encabezoné en que quería ir allí, aun en plena semana santa y con un puñado de coches atascados en las entradas a Valencia ciudad. Pero yo quería… Y allí estuve, y solo de pensar que esas baldosas las pisarás tú, que tus fotos de boda serán allí, me entra un escalofrío inexplicable. Que felicidades Raúl, que ahora si puedes enmarcar ese dia como el cuarto partido más importante hasta hoy, el primero fue el dia que volviste a ponerte en pie, el segundo Azahara, el tercero Alma, y el cuarto, por fin, ella. No veo el momento de que llegue ese dia, te lo juro. Tendría que ser fiesta nacional, tendrían que retransmitirla por todas las cadenas televisivas de España. Tendría que ser periodista e ir allí. Eso no ocurrirá, pero entre todo eso, se distinguirá la sonrisa de tres personas, la de vosotros dos, y la mía. Que te quiero Raul, que te quiero tantísimo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario