Cádiz. Toda la vida recorriendo sus calles, sintiendo su olor, enredando tus pies entre la arena de sus playas, empapandote en la espuma de sus olas... Toda la vida con el sonido de una guitarra española entrando por la ventana. Y ahora es él quien se encuentra allí. Ahora es él, quien se hace una foto en ese lugar que tanto te gusta, ese mirador desde el cual se encuentra el límite. España a un lado. África a otro. Cuando te encuentras en ese lugar, puedes sentirte todo, y nada. Con un pie aqui y otro allá. Por eso adoro tanto ese lugar, y por eso tengo más de cincuenta
fotos en él. Por eso cuando le vi ahí, noté un escalofrío como ese. De haberlo sabido, te aseguro que me hubiese plantado alli ese mismo dia, y te habría esperado desde bien temprano a que aparecieras. Y cuando estuvieras allí, sin ton ni son, me hubiese acercado a ti a decirte que aquellas montañas que se divisan es Ceuta. Que ese mar tan "chiquitito" es el estrecho de Gibraltar, y que ese bahía de allí es donde se ha formado mi infancia. Te habría dicho todo eso, aunque me hubieras mirado raro, como si te conociese de toda la vida. Aunque bueno, en realidad, llevas toda la vida aqui... asique, puedo confesar que esto que soy es tan tuyo como mío. Te echo de menos, ¿sabes?. No sé vivir sin ti, no puedo. Pero, tranquilo. El viernes te espero en la Catedral de Valencia. No me falles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario