jueves, 9 de junio de 2011

Living.

Ellos ya se conocían. Se conocían desde mucho antes de lo que una fecha pueda plasmar. Llevaban toda la vida juntos sin saberlo. Ella jugaba en ese parque con su abuelo, mientras él lo hacia con el suyo. Ella jugaba en el césped y reía con sus primos cuando el agua de esa fuente les empapaba, y mientras él se bañaba en la misma fuente con sus amigos. Ella pasaba siempre por la misma parada, mientras él esperaba en esa parada a que llegase su autobús. Cuando cada mes de septiembre llegaba la hora de comprar los libros, ella entraba en esa papelería, mientras él ayudaba a su madre a buscar los libros. Ella solía pasar por ese portal todos los domingos que iba a patinar sobre hielo, él vivía en él todos los dias. Ella pasaba por ese kiosko a menos veinte, él pasaba a menos diez. Ella se sentaba en la primera fila de la grada de ese campo de fútbol, él en la segunda. Ella ignoraba su mirada mientras él no dejaba de mirarla. Ella soñaba con querer a alguien, mientras que él, ya la quería. Y así se conocieron sin más, sin una razón de peso, sin el deseo de encontrarse, sin buscarse, simplemente porque el destino decidió que ellos dos debían estar juntos. Y lo decidió desde un principio. Ahora ella es feliz. Trata de explicarle cada dia que tenerle en su vida es imprescindible, que cuando le abraza, sus terminaciones nerviosas recuperan el sentido. Que con solo rozarla, podría poner el mundo del revés. Que cuando se va, se lleva parte de ella en cada viaje. Que sueña con ese dia en que no haya distancia de por medio, que adora sus sorpresas... Sus tonterias, o esa  sonrisa pícara que pone y que aunque aparente enfadarse, le encanta. La vuelve loca. Que siente que no hay lugar más seguro que sus brazos, que tiene la certeza de que jamás podrá hacerla daño. Que le quiere, que le ama.

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