martes, 8 de febrero de 2011

Érase una vez; VALENCIA

No quiero que pasen los días. Quiero que los relojes se detengan, o que sino lo hace, se planté la idea de aumentar de 24 a 100 horas las que forman parte del dia a dia. No quiero que esto termine nunca. Jamás. Quiero que todo vaya como hasta ahora. Y que nunca deje de sentirme asi. Es increíble. Febrero, y a las 8 de la mañana no hace frio. En el metro hace calor (muuucho calor). Las bufandas, las botas, sobran. Comparado con Madrid, todo sobra. ¿Y sabéis?, a pesar de estar en plenos examenes de la facultad, están siendo las mejores tardes de mi vida. Porque siempre, aparece ella (que nunca tiene nada que hacer) y se presenta en casa con una de esas sonrisas, un par de starbucks y un pijama (más bien una camiseta del barça -.-), y al final se pasan las tardes, y no he logrado aprenderme ni dos líneas de comunicacion audiovisual. Y claro, mientras ella duerme plácidamente a eso de las 4 de la mañana, yo estudio en el salón. Pero da igual. Porque de vez en cuando, entre palabra y palabra, y bostezo y bostezo, levanto la mirada, miro nuestra foto, y me doy cuenta de que merece la pena. Que con ella lo tengo todo. Todo lo que un dia me faltó en esa ciudad. Costó mucho dejarla atrás, para qué mentir. Allí estaba mi infancia, mi equipo de fútbol, mi abuelo y sus partidos de fútbol, mi abuela y sus croquetas, y ese enano al que tanto echo de menos. También estaba él, mi... mi... mi razón de vivir (?). Pero, un día, una noche, de repente todas mis dudas se quedaron despejadas, y todos loos motivos a los que habia estado agarrandome demasiado tiempo para no echarle valor y coger ese tren, se desprendieron por su propio peso. Fue una noche salada, la peor que recuerdo. Necesitaba un abrazo, el abrazo de una amiga. Y por más que buscaba, ella no estaba alli... esa amiga no existía en Madrid. Estaba en Valencia. Asique decidí marcharme. Y aqui estoy. Esto es increíble, ¿sabéis?. No te aburres cuando vas andando, aunque vayas sola, porque cada dia descubres algo nuevo. Y a veces me da por sentirme estupida. Ahora pienso en esos dias en que él me impedia marcharme, y me doy cuenta de que el dia que se marchó a Madrid, lo hizo a medias. Hay trocitos de él esparcidos por toda Valencia. Cada dia me topo con un trocito nuevo perteneciente a él, y como una ilusa, guardoo cada cachito en una caja de madera, soñando con que algun dia, podré juntarlas todas y lograré reconstruirle como si de piezas de lego se tratase. Joder, es que no sé como explicarlo. Me siento inútil. Es como sintiese, que ahora realmente, es cuando comienzo a vivir. Es como si estuviese viviendo una segunda vida. Siempre hay algo que hacer, y 24 horas no son suficientes para hacer todo lo que me gustaria. Y luego están ellas. No puedo parar de reir en todo el santo dia. Es increíble. Todo lo que nunca reí, estoy riendo desde que las conozco. Hay dias grises, caidas, momentos de debilidad, lloro. Pero la palabra rendirse ha desaparecido, ahora, por muy hundida que me sienta, logro ponerme en pie en cuestion de segundos y volver a la carga. Aqui no hay tiempo para lamentarse, sino para vivir. Me encanta. ME ENCANTA. No quiero irme de aqui nunca. Os lo juro. No puedo explicarlo. No se puede. Es imposible.

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