martes, 19 de abril de 2011

I believe in a fairytale.

Y de repente un día va, y sucede. Y desde ese preciso instante en que ese abrazo tiene lugar, dejas de ser lo que eras, para ser algo nuevo, diferente. Para ser tú. Empiezas a sonreír sin nada que te obligue a hacerlo, simplemente porque lo necesitas, porque te apatece hacerlo. Y en cada carcajada que tiene lugar, cientos de particulas de felicidad se expanden por el cielo de Madrid. Te sientes completa, a este puzzle no le falta ni una pizca de nada para sentirse totalmente unida. Sientes que todo adquiere sentido, que si pudieses capturar eso que se respira cuando estás con ella en un frasquito de cristal, encontrarías la definición exacta de la palabra felicidad. Que no has sentido nunca otra sensación más increíble
que esa que te recorre en esos precisos instantes. Ni siquiera la de un diecinueve de mayo resulta comparable. Y si, eres consciente de que pasará mucho tiempo hasta volver a sentirte asi, tan increiblemente genial. Es como si te sintieras afortunada, como si fueses mejor persona. Haceis cosas normales, cotidianas, momentos del dia a dia, que no eres consciente de lo maravillosos que son hasta que no los echas en falta. Y después de unas horas increibles, de un sueño echo realidad, llega la hora de separaros, de coger caminos diferentes, practicamente opuestos, de llorar al otro lado de una carretera mientras nadie parece darse cuenta de que ahí en ese preciso momento dos caminos se han visto separados. Y te sientes vacía, sientes que nadie podrá llenar ese hueco que desde hoy, simplemente es suyo, de nadie más. Solamente de ella. Y te da por pensar en todas esas personas que a lo largo de tu vida colgaron con el cartel de mejor amiga a las espaldas... y te das cuenta de que las engañastes. Y peor, te engañaste a ti misma, porque ninguna fue lo que hoy es ella, ningun abrazo supo tan dulce como aquel que te dio. A ninguna la quisiste de ese modo. Y jamás, ninguna de ellas, te hizo derramar lagrimas de orgullo, de felicidad y de tristeza como estaba haciendo ella ahora mismo. Estabas resquebrajandote poco a poco por dentro, pensando en un "pronto nos vemos" tras el que te escondes para hacerte menos daño. Estabas llorando y sonriendo a la vez que te agarrabas con fuerza el colgante en forma de pieza de puzzle de tu cuello, al mismo tiempo que te dabas cuenta de que ahora si, el puzzle estaba completo. Sonries, te secas las lagrimas, y te pones en pie. Te dispones a volver a esta mierda en la que todos miran por su propio ombligo, pero sabes, que ahora todo cambiará. Que todo será diferente. Porque en medio de todos esos rios de gente, tú eres diferente. Tú la tienes a ella. A la amiga mas increible del mundo, a kilometros de distancia, oculta en un monton de lugares que has recorrido a su lado. Feliz, porque la has podido mirar, porque la has podido sentir, porque has escuchado su risa, porque sabes como huele... su tacto. Ahora quedan los momentos, los recuerdos, la certeza de que no hay otra más que ella. Y la ilusion de volver a verla. Toca planear un "proximamente". Ahora si, puedo gritar bien alto, que creo en los cuentos de hadas.

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