

Lo admito. Me produce cierta nostalgia verte cumplir años. Cada año igual. Supongo que es debido ni más ni menos a que eres el espejo en el que miro lo mucho o poco que he crecido. Pero este año es distinto, entras en los 'treinta'. Comienza la cuenta atrás, y reconozco que me da cierto pánico. Cuando pienso en el Real Madrid CF, cuando pienso en mi equipo, mi mente no conoce más allá de los límites de tu nombre. Mi historia madridista comienza contigo, se puede decir que eres la primera generación que he recorrido de principio a fin. De principio a fin. Cuando pienso a lo que ha llegado ese crío que debutó en San Mamés con ese traje azul oscuro y verde, de Teka, no logro asimilarlo. Te he visto levantar todos los trofeos a tu alcance, te he visto asumir la capitanía de la selección de tu país cuando apenas eras un 'chico'. Te he visto dejar atrás a otros con mucho más nombre que tu. Y te he visto levantar un Mundial. Aunque reconozco, que mi mayor felicidad fue la Eurocopa. No sé. Es un trofeo 'más pequeño', pero esque fue el primero que te vi recoger y alzar al cielo por tu mismo. Como capitán. Puedo decir que he conocido al mejor portero del mundo. Se lo podré contar a mis nietos, ya ves. Que yo te vi hacer paradas legendarias, que te vi llorar de felicidad al hacer felices a miles de españoles. Y que ademas, Iker Casillas, va mucho más allá de unos guantes de portero. Que detrás de todo eso, está aquel chaval que empleó sus vacaciones de verano en ir a Sierra Leona a hacer felices a los niños, y que acabo llorando de vuelta a Madrid. Aquel que ha dado en la medida que ha recibido. Aquel pequeño al que sacaron de su instituto para ir a jugar con el Real Madrid y que hoy es el capitán de un club como este. El que pidió a Florentino que fichara a Raul Albiol (...) Dandole vueltas a la cabeza, me viene el lema impreso en ese poster publicitario de Reebok de hace unos cuantos años que decía:
"Jugaba en el Madrid cuando me saqué el carné de conducir. Jugaba en el Madrid cuando me dieron mi primer beso. Irme de este club sería como si me cortaran un brazo". Algo parecido a eso sentiremos todos los que hemos crecido con tus paradas el dia que cuelgues tus guantes. Pero para eso aún queda, como tu mism has dicho: "Estoy mejor que nunca". Felicidades Capitán.
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