viernes, 17 de junio de 2011

Today it's the day.

Anoche a las 00:30. Noche antes de la boda.
Habría dado su vida si hubiese existido una mínima oportunidad de poder estar ahí. De poder ver su cara. Sus ojos. Sus manos entrelazadas con las suyas. Estar alli a eso de las Dieciocho del dia Diecisiete. Sonreír al mismo compás que lo hace él, y no empeñarse en tratar de disimular que en ese preciso instante en que está poniendo un pie en esa catedral, una lágrima resbala impasible por su mejilla. Sentirse por unos instantes la dueña de todo, esa felicidad absoluta y plena que te eleva muy por encima de las nubes. Que pasa el tiempo, los años, y poder decir 'si, yo estuve allí'. Y decirlo con una sonrisa. Y recordar segundo por segundo todo lo que sucedió aquel dia, el ir y venir de la gente, las sonrisas, la felicidad plasmada en su cara, la cara de la persona más importante de su vida, el motivo por el que se levanta dia tras dia, se pone en pie, y mas tarde camina. Él es la aguja del reloj que gira al compás de los minutos, el ir y venir de los dias en ese calendario de la pared. Si pudiera... si pudiera cogería un autobús que me permitiera estar un par de minutos allí, y volverme a Madrid. Solo por verte, solo por decirte que te quiero, y que a donde tú vayas, inevitablemente, yo iré contigo.

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