No es fácil. No hace falta que vengan diez personas, una detrás de otra a decirme que mire el lado bueno, porque no… No es fácil. Que el lado bueno me lo conozco yo mejor que nadie, pero desgraciadamente el malo también. Que si pudiera pedir un deseo ahora mismo, sería cerrar los ojos y que al abrirlos ya haya pasado todo. Tumbarme en una cama y que al despertarme, aparezca en un sofá contigo en el televisor, vistiendo la camiseta que sea… Pero con un balón en los pies… Que no existan rumores, que las palabras hace tiempo dejaron de significar mucho para mi… De todo pasaron a ser nada. Tú me enseñaste a guiarme por los hechos, y menos por los dichos. Que hablar es demasiado fácil, por desgracia. Que, te voy a echar mucho de menos. Que cuando llegue ese día en que abra los ojos, y necesite de ti, y tú… y tú estés lejos, el mundo se me vendrá encima. Pero que ante todo estás tú, tu sonrisa… esa que en estos casi tres años por Madrid me has regalado tantas veces. Ahora todos esos momentos, esos pequeños instantes, se reflejan a fuego lento en mis retinas. Te debo mucho más de lo que tú mismo crees… Han sido muchos los días en que de no ser por ti, no hubiese sido capaz de dar más de dos pasos seguidos sin venirme abajo. Que ese tatuaje no está ahí por casualidad, ni por un capricho del destino. Que esa mano es la que miro cuando deseo encontrarme la tuya agarrada a ella mientras tu voz me susurra que todo va a salir bien, y aunque hasta hoy eso nunca haya sucedido, no pierdo la esperanza. Con los héroes nunca sabes cuándo aparecerán para salvarte la vida. Que me gustaría que hubiera una cosa, que pase lo que pase, siempre tengas clara. Que cuando mires al cielo, y veas una nube de un tono distinto, sepas que ahí estoy yo, observando y apoyando cada paso que des, estés donde estés… Tú me enseñaste que la distancia no se mide en los kilómetros que nos separan, sino en lo cerca o lejos que se encuentren nuestros corazones. El mío hace tiempo, late con tus latidos, asique inevitablemente, siempre estarás conmigo. Ten claro, que de diez palabras que pronuncian, me sobran veinte. Que me siento orgullosa de ti, de la elección inconsciente que hice ese día de diciembre de hace ya algo más de dos lustros. Que ni queriendo hubiese podido escoger a otro mejor que tú. Que las idas y venidas, forman parte de esto tan maravilloso que es el motor de mi vida, pero también los momentos inexplicables en que la felicidad te hace tambalearte de lado a lado. Y que cada dia que pasa, te quiero un poquito más… Por difícil que parezca a veces de imaginar… Gracias Raúl, por ser el héroe que me salvó la vida sin previo aviso…
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