jueves, 16 de febrero de 2012

Sueños de medianoche.

A veces todo es cuestión de dos. Nada más abrir los ojos, y me encuentro con nuestra foto en blanco y negro justo detrás del despertador. ¿Casualidad?. No, no creo que sea casualidad que seas tú lo primero que me encuentre al abrir los ojos. Antes que casualidad, prefiero llamarle suerte. La suerte de tenerte. Me pongo los cascos, tras ellos suena esa canción, y aquella otra, y aquella, y esa primera que escuchamos aún sin saber en todo lo que nos convertiríamos después. Recuerdo los abrazos, aquellos espontáneos y esos otros que fueron robados sin venir a cuento. Recuerdo los mil sitios que hemos visto juntas, bueno tal vez el calendario lleve razón y solamente hayan sido dos, pero... pero prefiero pensar que estuvimos juntas en cada uno de esos lugares en que nos echamos de menos. Esa frase que nunca supiste terminar y que yo terminé por ti: "si, como si esto fuese habitual, como si mañana volviésemos a estar juntas". Son tantos esos momentos mágicos que hemos vivido juntas sin necesidad de palparnos con las manos, que aunque me propusiera escoger uno, no podría... ¿Y sabes por qué?, porque todos, de un modo u otro, han sido perfectos. Sé que te he prometido cientos de veces que esto no tiene fin, de verdad pienso que será así, aunque a veces no puedo evitar no sentir miedo ante la idea de poder llegar algún día a esa última página de nuestra historia. Pero cuando eso ocurre, cuando el miedo a un final aparece ante mi, siempre termino por encontrar otro renglón más, u otra foto nueva, o tal vez un pie de foto por añadir, siempre... y es por eso que me tranquilizo y me auto-convenzo de que esto será para siempre. Y si, es en ese instante cuando me di cuenta de que eso que sucede en las películas no son más que mentiras, eso de que los sueños se rompen al llegar las doce, que los zapatos de cristal se olvidan en una escalera, eso de que nada es para siempre y que los imposibles no existen... Todos esos cuentos que alguna vez llegué a creerme, no son más que mentiras, y lo sé porque a tu lado he descubierto que a veces la realidad puede llegar a ser más increíble que el guión de la película mas bonita del mundo; que los para siempre existen y los imposibles son por definición posibles. Pero sobre todo, he aprendido que los sueños no se rompen a medianoche, que duran tanto como tu quieres que así sea.

Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario