lunes, 3 de enero de 2011

Madrid eres tú (I)...

Debo decirte algo. En el poco tiempo que llevas en esta ciudad has desprendido trocitos de ti por cada rincón de Madrid. Tanto que se me hace imposible dar un solo paso sin acordarme de ti. Al principio me dio miedo, algo tan simple como coger un autobús me hacía soñar con tus manos o perderme en tus ojos. Madrid ya no es la misma desde que llegaste tú, y no, tampoco tengo duda alguna de que esta ciudad no logrará recomponerse el dia que te vea partir. Hoy Madrid tiene un sabor valenciano, me atrevo a decir que por la Gran Vía una brisa de Levante impregna a los caminentes que la recorren en estos instantes de norte a sur. Supongo que esa es tu verdadera magia, vuelves de oro todo aquello que tocas. En mi opinión, el mundo debería quedarse detenido cada vez que decides caminar por sus calles. Deberían parar los semáforos, detener los coches... deberian observarte durante al menos tres segundos al dia, y estoy segura de que si lo hicieran, la felicidad extrema que me haces sentir a mi les envolveria. Apuesto mi vida, que si me hicieran caso, dejarían de tacharme de loca cuando digo que cada vez que estoy contigo me siento capaz de todo, incluso de cambiar el mundo. Madrid es mi vida, es mi infancia, es el parque al que papá me llevaba de pequeña... Madrid es un estadio de futbol en el Paseo de la Castellana, es la carretera en la que espero por verte... Madrid es el hospital en el que nació lo más bonito de mi vida. Madrid es azul. Y ahora... Madrid eres tú.


Ay pequeño, ¡qué grande puedes
llegar a ser.!

No hay comentarios:

Publicar un comentario