sábado, 19 de mayo de 2012

19 de mayo. Dos años.


Hay instantes que permanecen intactos al paso del tiempo, momentos que permanecen para siempre. Cuando sucede esto existe la certeza de que en ese preciso instante fuiste protagonista de algo muy grande. Yo lo fuí. He vivido cientos de instantes mágicos a lo largo de este camino contigo, cientos de segundos que me provocaron ese escalofrío interno que te hace asegurar que las cosas marchan bien, sin embargo siempre existen matices que pasan desapercibidos ante los ojos de la memoria, resquicios por los que no pasa la luz del recuerdo. Sin embargo ese día, fue algo distinto, algo mágico. Ya han pasado dos años y no existe ni uno solo de esos resquicios, no existe nada que se me escape de las manos. Podría dibujar con mis dedos uno a unos los minutos de ese día con sus correspondientes sensaciones, podría cerrar los ojos, recordar y dejar que se me erice la piel aun después de tantos instantes posteriores a ese. Podría trazar con mis pensamiento el contorno de cada sonrisa provocada en su cara y de cada carcajada nerviosa que asomó sin previo aviso en la mía. Podría representar con los ojos cerrados cada mirada entrecortada, cada vez en que nuestros ojos se cruzaron haciendo que la ilusión renaciera en mi piel y las ganas casi parecieran descontrolarse. Podría explicar sin palabras la manera en que mis ganas de comerme el mundo fueron en aumento desde las 18h de aquella tarde. 

Ya han pasado dos años y aún está por venir el día en que me despierte y no recuerde alguna de esas sensaciones, es más tengo la certeza de que ese día no llegará, igual que sé que desde aquel 19 de mayo del 2010, no existirá un diecinueve de mayo en que no me emocione al pensar en lo mucho que significó aquel dia en mi vida. Fue algo así como un punto de inflexión desde el cual nada volvería a ser igual, una línea perfecta que separaba el pasado del futuro. El lugar al que viajar cada día en que miro al frente y no me encuentro más que un futuro negro, cuando eso sucede solo basta con pensar que en el pasado también existió un día en que creí que el futuro sería negro y sin embargo me encontré con un día en que mis sueños se hacían realidad un diecinueve de mayo que parecía ser otro día cualquiera en un calendario que jamás volvería a ser igual...

Difícil de explicar, fácil de sentir. 

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