miércoles, 13 de marzo de 2013

Locura VS cordurA

Apuesto una mitad de mi sonrisa a que nunca os habéis detenido a pensar en lo fácil que resulta perder la cordura y lo difícil que es recuperarla. Te pasas la vida intentando caminar con paso firme, con dos botas de plomo y un ritmo lento y conciso. Te pasas la vida planificando cada día de tu vida, gestionando las sonrisas para que estas no se agoten, para no despertar un día y que brillen por su ausencia. Te pasas la vida haciéndote la madura, aprendiendo a controlar tus emociones y sentimientos, a ocultarlos tras una máscara de irreverencia hacía los demás. Te pasas la vida siendo borde, con la boca seria y la mirada fija: sin pestañeos. Y de repente un día, llega un arrebato de locura que termina por barrer toda la cordura que llevabas construyendo pasito a paso. Y tropiezas, y tus planes se emborronan, y las sonrisas ruedan sin cesar, y la inmadurez te mira a los ojos, y los sentimientos brotan de forma casi incontrolable, y la bordería se esfuma y los pestañeos vuelan.

¿Sabéis?, creo que todo se reduce a que por mucho que un loco se empeñe en parecer cuerdo, jamás dejará de serlo. Y yo siempre fui una de esas locas que esperan de todo y de nada a la vez.

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