lunes, 1 de agosto de 2011

Far away.

El otoño acababa de decir adiós y el invierno empezaba a asomarse por debajo de un cielo nublado. Era un día raro, no hacía frío pero tampoco calor. Estábamos en Diciembre si, pero era un día de esos en los que no sabes si coger cazadora o no. En que tu madre te dice “abrígate si sales”. En estos casos nunca suele tener dudas, así que sacó su cazadora del armario y la colgó en la puerta de su habitación para cogerla minutos más tarde cuando su prima acudiera a buscarla para bajar al jardín. Una chica como ella, con sangre gaditana por las venas está acostumbrada al viento y a la lluvia que proviene del estrecho, pero no al frío que hace en Madrid cuando hace frío. En cinco minutos se tomó el nesquik que su madre le había preparado, mientras su padre entraba por la puerta de la cocina y decía: ”¿Qué prefiere la queca,? ¿Tostadas con meremelada de fresa, o unos buenos huevos con bacon?”. A veces las cosas son curiosas, pero esa frase consiguió alegrarle la mañana. ¿Quién le iba a decir que encontraría un lugar en el mundo en esa misma casa en la cual llevaba amaneciendo los últimos siete años de su vida?. Terminó de desayunar, y después de prepararse para cuando acudieran a buscarla, se sentó en el sofá recostada contra el hombro de su padre mientras este leía el periódico, y ella curioseaba los titulares del día como siempre hacía. De fondo, la televisión y un torneo de cadetes que estaba ahí porque minutos después comenzaría otro que enfrentaría al Real Madrid. A las 10:51 su padre comentó una jugada del partido mientras ella se preguntaba cómo era capaz de estar leyendo el periódico y saber lo que estaba sucediendo en ese mismo momento en ese torneo. Era el día mas normal del mundo. Su madre bajaba a ver a su hermana a contarla cómo iban sus tres meses de embarazo, no sin antes llamar a los abuelos, como siempre. Levantó la vista y vió a un chico con un CUATRO a la espalda recorriendo el centro del campo. A las 10:54, sonó el timbre: ”Prima, ¿te vienes al jardín?”. Era un día normal sí, pero todo había cambiado para siempre.

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