martes, 4 de septiembre de 2012

Veintisiete.



Veintisiete años han pasado ya desde ese precioso cuatro de septiembre en que abriste los ojos por primera vez. A estas alturas, en el año que estamos, me quedan pocas cosas que escribirte que ya no haya hecho con anterioridad. Como cada año, y ya son unos cuantos a tu lado, trato de hacer de cada texto que te dedico algo especial, y eso no es más que lo mínimo que mereces por ser como eres día a día. No supone ningún sacrificio vaciarte por dentro cuando se trata de ti, porque eso es algo que llevas haciendo cada dia desde que te conozco, da igual el lugar, un partido, una sala de prensa, los preparativos de una boda o una entrega de premios. Es una de las cosas de las que más orgullosa me siento de las muchas que he aprendido gracias a ti. No voy a mentirte, las cosas se han vuelto más difíciles en los últimos tiempos, esos últimos tiempos en los que de forma misteriosa se ha creado una cierto "mito" alrededor tuyo que los que sabemos de ti tenemos claro que no te representa en lo más mínimo. ¿Pero sabes?, esto también me ha servido positivamente, ya que me he vuelto más fuerte. Algunos dicen que conforme pasa el tiempo me duele más todo lo relacionado contigo, o que pierdo la paciencia con mayor facilidad. Yo no creo que sea así, simplemente he aprendido a no poner buena cara si algo me duele por dentro, a comprender que no debo nada a nadie y mucho menos cuando en medio de todo eso apareces tú. Si, tú. 

Me siento orgullosa de ti, me sigo sintiendo cada día en cualquier sitio que aparezca tu nombre. Sigo siendo incapaz de vestir una camiseta que no lleve tu nombre, y me sigo sintiendo en deuda si la palabra "ídolo" acompaña otro nombre que no sea el tuyo. Sigo pensando que cualquier persona antes de morir debe haberse cruzado algún día con tu sonrisa. Lo que me haces sentir cada vez que veo tu bota rozando el balón sigue siendo indescriptible a día de hoy, y lo que supones en mi vida también lo es. Tal vez no aspire a verte en una entrega de premios, o a ocupar portadas de periódico tras un gran partido. Pero aspiro a disfrutar de todas esas cosas pequeñas que pasan desapercibidas para todas aquellas personas con un ídolo para el que la titularidad no es ningún objetivo a lograr. Aspiro a saber que si un día tu sonrisa aparece más torcida de lo normal, llegarás a casa y tendrás a tres personas dispuestas a devolverla a su sitio conforme cruces la puerta. Aspiro a ver como en silencio, pasito a pasito, cada día creces un poco más. 

Muchas Felicidades, como bien has dicho tú cumplir años es una gran noticia. No hay nadie que lo merezca más que tú. Felicidades, ídolo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario