lunes, 23 de julio de 2012

Trenes.

Hoy me ha dado por pensar en la de trenes que no cogemos porque nos conformamos cuando la señora de la taquilla nos cuenta que no hay asientos disponibles. Si, nos conformamos y nos damos media vuelta. Salimos de esa estación sin acordarnos si quiera de esa frase que decía algo así como que hay trenes que solamente pasan una vez en la vida. Así es, y sin embargo ahí estas tú, buscando la puerta de salida en lugar de dar media vuelta y decirle a la señora de la taquilla que tienes que coger ese tren, porque es tu tren, que no buscas comodidad, ni siquiera ir sentada, que te basta el suelo por si las piernas flaquean pero que puedes ir de pie. También me ha dado por pensar en la de veces que nos resignamos ante la marcha de alguien, en la absurda manía que tenemos de gritar lo mucho que les odiamos con las manos y el corazón rebosantes de amor (...) Y ahora te preguntarás a qué diablos viene que te cuente esto a ti, pues bien, te lo cuento porque estoy dispuesta a coger ese tren aunque no queden asientos disponibles para mi, estoy dispuesta a sentarme en el suelo y mancharme este vestido blanco cuando mis piernas no puedan más, y estoy dispuesta a retirar los te odio entre nosotros dos. Y ahora...

Quiero que me toques como yo no sabia que se podía tocar, quiero que me beses como no sabía que se podía besar, quiero que te cueles muy dentro y veas lo que otros no, no supieron mirar... Quiero que me toques, quiero que te cueles, quiero que me beses, quiero que te quedes, quiero que me atrapes, me esperes, me bailes, no cambies, me enredes, te enredes...

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